Enrique Santos Discépolo, nació un 27 de marzo de 1901.
De joven incursiono en el teatro de la mano de su hermano Armando.
En 1925, Discépolo sopesó seriamente la alternativa de componer
tangos.Colaboró con el dramaturgo José Antonio Saldía en Bizcochito,
una pieza menor, y un año más tarde compuso su primer tango:
¡Qué vachache!. A partir de ese momento las cosas cambiaron
definitivamente para él y para la canción porteña.
Desoyendo las fórmulas fáciles del tango -Canción que más y
mejor encajaba con el gusto de la época- Discépolo intentó
establecer un nuevo "pacto de lectura" con sus potenciales oyentes.
Tomó el tema del abandono, tan caro a los sentimientos del tango,
y lo convirtió en vehículo de crítica mordaz.
"Piantá de aquí
no vuelvas en tu vida
ya me tenés bien requeteamurada
No puedo más pasarlo sin comida
ni oirte decir tanta pavada...
¿No te das cuenta que sos un engrupido?
¿Te crees que al mundo lo vas arreglar vos?
Si aquí ni Dios rescata lo perdido...
¿Qué querés vos? ¡Hacé el favor!"
Sin malevos retobados ni vecinos heridos de amor,
sin pecadoras desalmadas ni bacanes altaneros, Discépolo plantéo
en Qué vochache, una situación axial inspirado en el ambiente
bohemio que había conocido unos años antes de la mano de Armando.
Ella lo echaba a él por inútil y soñador y por soberbio.
La resignación final tenía una contundencia aforística que, con el
tiempo, sería frecuente en el corpus discepoliano.
"¡Que vachache! Hoy ya murió el citero...
Vale Jesús lo mismo que el ladrón."
Rechazado la noche de su estreno en Montevideo, incomprendido
tanto por el público como por los intelectuales a los que indirectamente
citaba, aquel tango fué al fin aceptado con la versión teatral de
Tita Merello y la dicográfica de Carlos Gardel.
Aunque esa aceptación llegó sólo después de la consagración que
significó su primer gran éxito.
"Esta noche me emborracho", en 1928.
A eso le siguió: yira, yira, tango magistralmente interpretado por
Carlos Gardel. "Verás que todo es mentira".
El mundo era inestable por naturaleza. Nadie estaba a salvo de
ser abandonado "después de cinchar", de encontrarse en la vía
como un linyera, sin premios, sin recompensas, sin esperanzas.
Deslizándose entre la tragedia y la comedia, Discépolo había
encontrado una manera de decir las cosas terriblemente Argentina.
Sus hipérboles y analogías, sus metáforas llenas de humor, sus
apóstrofes llenas de rabia pero a la vez indulgentes, resumieron
el verdadero idioma de los Argentinos.
Su más famoso tango Cambalache, se sigue escuchando y cantando
con sentido de actualidad, como vehículo de protesta popular,
es por la sencilla razón de que ninguna otra canción logró
identificarse con el sentido común de la gente de manera tan
estrecha y cómplice.
Aquello de :"Ves llorar la Biblia contra un calefon"-
contiene una parte sustancial del país que desciende de la inmigración.
Cortesía: " El habla de los Argentinos"-