Un viejo solitario,se sento a observar
el cielo inmenso, plagado de estrellas.
Levantó su dedo y se puso a contar,
cada lucesita, titilante, bella.
Todas las noches repetía el acto,
como un niño su tabla de multiplicar.
sacaba su silla al patio
y no se cansaba nunca de mirar.
Allá arriba están las tres marias
y la cruz del sur,mucho más allá.
Dios puso ese símbolo en el cielo,
cuándo lo veo me pongo a rezar.
Alfa y Beta son dos estrellas,
que la señalan,cuando la buscan
a la cruz más renombrada
y al sur yace la musca.
Todo esto lo exáltaba,
como si alguién,lo escuchaba
y en verdad, él, no estaba solo.
todo un universo lo acompañaba.
Beatriz Else-derechos reservados 2010-